martes, 28 de octubre de 2014

Reseña: Soy el número Cuatro

                                                                Ficha técnica:


Título: Soy el número Cuatro.
Autor: Pittacus Lore.
Editorial: RBA Molino
Número de páginas: 540
Saga: Legados de Lorien, tomo uno.
Año de publicación: 2010
Traducción al español: Daniel Cortés Coronas.
ISBN: 978-84-272-0070-8










Sinopsis
     
     Tenemos el mismo aspecto que vosotros. Hablamos igual que vosotros. Vivimos entre vosotros. Pero no somos como vosotros. Podemos hacer cosas que sólo podéis imaginar. Tenemos poderes con los que sólo podéis soñar. Somos más fuertes y rápidos. Somos los superhéroes a los que admiráis en las películas y los cómics... pero nosotros existimos de verdad. Nuestro plan era crecer y fortalecernos para enfrentarnos unidos a ellos. Pero ellos nos encontraron antes y empezaron a cazarnos. Ahora, todos vivimos huyendo, entre las sombras, en lugares donde nadie nos buscaría, mimetizándonos. Hemos vivido entre vosotros sin que lo supierais.


Opinión personal

     Este libro no lo conocía hasta que vi la película que, a pesar de no haberme gustado especialmente, hizo que le diera un oportunidad a este libro y la verdad, me alegro de haberlo hecho. 
Me sorprendió mucho por el hecho de que, a pesar de tratarse de un libro de ciencia ficción, de extraterrestres para concretar, no se parece a ningún libro que haya leído antes. Aquí no te encuentras solo alienígenas malos dispuestos a acabar con la Tierra, sino que además tenemos a unos "invasores" buenos. 

      Esta obra cuenta la historia de un planeta alienígena, Lorien, que fue destruido hace doce años por los mogadorianos. Durante esta trágica circunstancia, nueve niños con poderes sobrenaturales por desarrollar y nueve cêpans (guardianes), que se encargarían de su protección, fueron escogidos para viajar a otro planeta. Además, los Ancianos (los máximos representantes de Lorien), crearon un hechizo para proteger lo máximo posible a estos niños que algún día volverían y repoblarían su mundo. Los elegidos viajaron en una nave espacial con destino la Tierra. Allí se repartieron por todo el mundo y se ocultaron lo mejor que pudieron de sus enemigos mortales, es decir, los mogadorianos. Sin embargo, pronto acabaron con los números uno, dos y tres. El número Cuatro corre grave peligro. Y él no quiere  abandonar al amor de su vida y al único amigo verdadero que ha tenido nunca. Deberá enfrentarse a sus enemigos mortales para proteger lo que más quiere... y con pocas probabilidades de éxito.

     La verdad es que este libro al leerlo me pareció una caja de sorpresas. Podemos ver que el autor, Pittacus Lore, aparece reflejado en la historia como uno más de los personajes (uno de los Ancianos de Lorien, para concretar). Por ello, no me sorprendió demasiado descubrir que en realidad eran dos personas las que escribían esta saga: James Frey y Jobie Hughes.

      
               (A PARTIR DE AQUÍ CONTENIDO CON SPOILER DE LIBRO).


     El principio del libro es fuerte y consistente, y puede que un poco desagradable para los escrupulosos: estoy hablando de la muerte del número Tres a manos de los magodorianos. Un triste principio, sí, pero no típico y aburrido.
      La trama también me ha gustado mucho: la vida de Cuatro desde que salió en una nave desde Lorien de pequeño hasta su actual adolescencia en Paradise. Si piensas tener una adolescencia complicada, la de este extraterrestre lo es aún más: aparte de tener los problemas propios de la edad, (como la rebeldía y la inseguridad), tiene que cargar con que en cualquier momento puede desarrollar poderes sobrehumanos. Tiene que cambiar muy a menudo de ciudad y nombre para despistar a los mogadorianos, lo que provoca que no pueda tener grandes amistades. Pero un día, cuando John salva a una humana de una casa en llamas, Henri (su guardián), le obliga a hacer las maletas para marcharse de Paradise. John (el último nombre que ha adoptado), se rebela y se escapa de casa. Como cualquier extraterrestre normal, no quería abandonar a su novia humana, Sarah, ni a su amigo Sam. En una batalla épica en el instituto de la ciudad, humanos y alienígenas Lóricos se unen contra los magodarianos. Pintaba muy mal para el bando bueno, cuando una visita inesperada del número Seis provoca un giro de trescientos sesenta grados. Logran ganar la batalla, pero con la pérdida irremediable de Henri. Al final, Sam, Seis y John escapan de Paradise transformados en delincuentes, pero decididos a encontrar a los demás números.


     "Tenía los ojos más verdes que hubiera visto jamás, resplandecientes como  esmeraldas, y un corazón tan grande como el mismo planeta".

   
     El final del libro me resultó muy abierto (puede que demasiado), por lo que te deja ganas de seguir leyéndolo. La verdad es que quedaban cabos sueltos sin resolver, los momentos que siguieron  a la batalla no estaban muy claros. Pero como esta saga consta de varias partes, supongo que se resolverán en el segundo o tercer libro. Me pareció que los autores empezaban a escribir a la carrera desde la muerte del cêpan del número Cuatro, como deseando terminarlo, cosa que me decepcionó un poco, puesto que el resto de la obra era increíble.

     A pesar del grosor del libro, la lectura es muy fluida y se lee en pocos días o en una semana como máximo. Los capítulos son extensos, pero cargados de pura acción en la mayoría. El narrador es el propio John durante todo el libro, nos ponemos en su piel en su peligrosa pero emocionante vida alienígena en la Tierra, y conocemos detalles de su planeta natal, Lorien, durante toda la obra.


     Los personajes, por regla general, me gustaron. Eran completos y con personalidades muy marcadas. Puede que Sarah, la novia de Cuatro, me decepcionara un poco: era demasiado sosa para mi gusto, y creo que no estaba lo suficientemente bien creada. Aunque también creo que estaba aposta así para hacer una comparación con Seis, que es su polo opuesto.
  Otro personaje que merece ser destacado es Sam, el mejor y único amigo de Cuatro. Es un obsesionado por los extraterrestres desde que su padre despareció, y enseguida pensó que habían sido los alienígenas. Lleva años buscando cualquier rastro de ellos, hasta que aparece John. Resulta casi cómico, puesto que Sam no descubre que su mejor amigo es un lórico hasta que él mismo se lo dice.
     Lo admito sin vergüenza alguna: lloré con la muerte de Henri. Era mi personaje favorito del libro, debido a su carácter y su forma de ser, además de haber sido crucial en la vida de John.

     El lenguaje usado en el libro es formal con vocabulario extenso, y con mucho sentido literal. No he visto casi el uso de recursos literarios para embellecer la historia y la verdad es que lo he echado en falta. A la hora de poner descripciones en el libro, se agradece mucho que no sean muy extensas. No son incompletas, ni mucho menos, pero como se suele decir "menos es más".

     El momento más emotivo de toda la obra es, sin duda, los últimos suspiros de Henri. En esta escena John y él mantienen una pequeña despedida que hizo que se me saltaran las lágrimas. Henri le hace prometer a Cuatro que eche sus cenizas en Lorien, en cuanto regresara con los demás números a su planeta.

     La experiencia de leer este libro ha sido genial, y por ello lo recomiendo infinitas veces si lo tuyo es la ciencia ficción. Y aunque no lo sea, dale una oportunidad al libro, puesto que estoy segura de que no te arrepentirás.

                                                    Puntuación: 8,5/10

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